El inicio de la dosis debe comenzar a niveles modestos y la titulación de cualquier preparación de cannabis debe realizarse lentamente durante un período de hasta dos semanas. (10) Las dosis y el régimen de la administración de cannabidiol deben hacerse especícamente para cada individuo. Se recomienda un m todo de titulación de “empezar bajo e ir despacio” para reducir las posibilidades de efectos adversos. Comenzar con 2 gotas, 1 hora antes de ir a dormir, e incrementar la dosis cada 3 días hasta alcanzar los objetivos de la terapia. No superar las 20 gotas al día. Ejemplo: Día 1, 2 y 3: dos (2) gotas en la noche Día 4, 5 y 6: cuatro (4) gotas en la noche Día 7, 8 y 9: seis (6) gotas en la noche Día 10. 11 y 12: ocho (8) gotas en la noche Día 13, 14 y 15: diez (10) gotas en la noche Cuando se alcancen los objetivos de la terapia (número de gotas efectivas) no hace falta el incremento de la dosis. Si el tratamiento con CBD debe interrumpirse, la dosis se debe reducir de forma gradual. En los ensayos clínicos, la interrupción del tratamiento con Cannabidiol se consiguió reduciendo la dosis en aproximadamente un 10% al día durante 10 días. En función de las indicaciones médicas, puede requerirse realizar una disminución de la dosis más rápida o más lenta, a discreción del médico prescriptor.

• Recomendamos guardar el aceite en un armario fresco, oscuro y seco. (Nunca en cocina o cuarto de baño) • Guardar en posición vertical. • Cuando vaya a utilizarse, mantener el envase abierto el menor tiempo posible y tras su uso cerrarlo bien. • Lavarse bien las manos antes y después del uso. • Consultar con el farmacéutico si se observa cualquier cambio en el aspecto del producto, antes de seguir utilizándolo. • Mantenerse fuera del alcance de los niños.

El CBD es el segundo mayor constituyente del cannabis, además del THC. No tiene los efectos psicotrópicos del THC y puede antagonizarlos. Tiene efectos ansiolíticos por la regulación de diversos procesos neuroendocrinos en la cascada de respuesta al estrés y se han documentado usos potenciales en psiquiatría: trastornos de ansiedad, conductas disfuncionales en trastornos del espectro del autismo, esquizofrenia, adicciones y trastornos del sueño. Tiene excelente tolerabilidad en todos los rangos de edad y no induce dependencia. Es una sustancia de la que se perla una gran utilidad como opción farmacológica en psiquiatría (2) Aunque tomar CBD no induce el sueño, puede tener un efecto positivo en la calidad del sueño a través de varios efectos en el cuerpo. Esta es, en cualquier caso, la armación de un estudio realizado en un modelo animal (3). Las propiedades ansiolíticas (4) y anti-psicóticas (5), pueden ayudar a reducir el estrés subconsciente y emocional. El efecto antiespasmódico podría reducir la tensión muscular, por lo que el CBD promueve la relajación del cuerpo. Uno de los estudios principales en relación al CBD, la ansiedad y el insomnio, fue realizado por Shannon S et al. y consistió en determinar si el CBD ayudaba a mejorar la ansiedad y / o el sueño. El estudio consistió en 72 adultos atendidos en un ambulatorio psiquiátrico clínica durante un período de tres meses. Las dosis de CBD variaron entre 25-175 mg por día (la mayor a de los pacientes usaban 25 mg / d a). (6) Los resultados del estudio demostraron que: • Los puntajes de ansiedad disminuyeron durante el primer mes en el 79.2% de pacientes y esta disminución se mantuvo durante el período de estudio. • Las puntuaciones de sueño mejoraron durante el primer mes en el 66,7% de los pacientes, pero fluctuaron con el tiempo.